Consejos y cuidados para pieles sensibles

Hablamos de piel sensible, reactiva o intolerante cuando nuestra piel reacciona de manera exagerada al exponerse a estímulos que no afectarían a otras pieles. Con independencia de si nuestra piel es seca, grasa o mixta, si esta reacciona de manera más fuerte o más rápida a ciertos factores, podemos decir que tenemos una piel sensible.

La cosmética sólida natural está elaborada con ingredientes afines a nuestra piel, como aceites o mantecas de distintos frutos y plantas entre otros, que son puro alimento para la piel, eliminando compuestos tóxicos para nuestra salud y nuestro entorno.

¿Por qué tenemos la piel sensible?

La circunstancia principal es la alteración de la barrera cutánea en la epidermis, favoreciendo que los agentes potencialmente irritantes penetren con mayor facilidad y, por otro, la pérdida de agua por evaporación, provocando que tengamos la piel más propensa a la deshidratación y la sequedad.

¿Qué es el pH?

La escala de pH de nuestra piel mide el grado de acidez de la misma. Tanto la acidez como la alcalinidad se miden en una escala del 1 al 14. Cuanto más bajo sea el número, más ácida será la piel, cuanto más alto, más alcalina.

El agua pura tiene un pH=7, que se considera un valor neutro, ni ácido ni alcalino. Por ejemplo, el pH del zumo de un limón o el vinagre tiene un valor pH=2, para entenderlo bien.

Según los valores habituales, lo normal es que nuestra piel sea ligeramente ácida, con un pH que puede variar entre los 4,7 y 5,75 puntos. Esto sucede porque disponemos de manto ácido, la parte acuosa de la barrera protectora hidrolipídica que protege nuestra piel de los elementos externos y la mantiene hidratada.

Teniendo en cuenta esta escala, cualquier puntuación inferior supondría que el pH es más ácido de lo recomendado, mientras que un valor superior indicaría que es más alcalino.

¿Por qué es importante el pH de la piel?

El pH de nuestra piel está ligeramente por debajo del pH neutro debido al manto ácido, encargado de la creación de una barrera protectora que, gracias a su acidez, inhibe el crecimiento de las bacterias y nos protege de las agresiones externas manteniendo la flora natural de la piel. 

Perder este manto ácido provoca que los valores del pH de nuestra piel suban, posicionándose cerca de las puntuaciones alcalinas, provocando de esta manera un desequilibrio y causando alteraciones como deshidratación o irritación de nuestra piel. 

Factores externos como el frío, la exposición solar , etc. pero también factores como el estrés o una mala dieta los que contribuyen a ese desequilibrio y provocando esas alteraciones en la piel al no estar perfectamente protegida.

Sin la protección adecuada, la piel puede volverse sensible, hipersensible y más vulnerable a enfermedades como dermatitis atópica o a descamaciones.

¿Por qué tenemos la piel sensible?

La circunstancia principal es la alteración de la barrera cutánea en la epidermis, favoreciendo que los agentes potencialmente irritantes penetren con mayor facilidad y, por otro, la pérdida de agua por evaporación, provocando que tengamos la piel más propensa a la deshidratación y la sequedad.

¿Qué es el pH?

La escala de pH de nuestra piel mide el grado de acidez de la misma. Tanto la acidez como la alcalinidad se miden en una escala del 1 al 14. Cuanto más bajo sea el número, más ácida será la piel, cuanto más alto, más alcalina.

El agua pura tiene un pH=7, que se considera un valor neutro, ni ácido ni alcalino. Por ejemplo, el pH del zumo de un limón o el vinagre tiene un valor pH=2, para entenderlo bien.

Según los valores habituales, lo normal es que nuestra piel sea ligeramente ácida, con un pH que puede variar entre los 4,7 y 5,75 puntos. Esto sucede porque disponemos de manto ácido, la parte acuosa de la barrera protectora hidrolipídica que protege nuestra piel de los elementos externos y la mantiene hidratada.

Teniendo en cuenta esta escala, cualquier puntuación inferior supondría que el pH es más ácido de lo recomendado, mientras que un valor superior indicaría que es más alcalino.

¿Por qué es importante el pH de la piel?

El pH de nuestra piel está ligeramente por debajo del pH neutro debido al manto ácido, encargado de la creación de una barrera protectora que, gracias a su acidez, inhibe el crecimiento de las bacterias y nos protege de las agresiones externas manteniendo la flora natural de la piel. 

Perder este manto ácido provoca que los valores del pH de nuestra piel suban, posicionándose cerca de las puntuaciones alcalinas, provocando de esta manera un desequilibrio y causando alteraciones como deshidratación o irritación de nuestra piel. 

Factores externos como el frío, la exposición solar , etc. pero también factores como el estrés o una mala dieta los que contribuyen a ese desequilibrio y provocando esas alteraciones en la piel al no estar perfectamente protegida.

Sin la protección adecuada, la piel puede volverse sensible, hipersensible y más vulnerable a enfermedades como dermatitis atópica o a descamaciones.

¿Qué factores afectan a nuestra piel?

Podemos hablar de factores internos (endógenos) y externos (exógenos), ambos a tener en cuenta para el cuidado diario de nuestra piel y a la hora de escoger qué productos cosméticos vamos a utilizar. 

Los factores endógenos pueden venir de la mano de patologías como afecciones cutáneas, dermatitis, rosácea, etc., de la fotosensibilidad de la piel o incluso como consecuencia de trastornos de ansiedad, estrés o depresión.

En cuanto a los factores externos, o exógenos; elementos como los factores ambientales (frío, calor, sol o viento, así como los propios cambios bruscos de temperatura), la contaminación, la calidad del agua o nuestros hábitos de consumo en las comidas y bebidas, pueden afectar gravemente nuestra piel. 

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Sobre esta cuestión, cobran especial relevancia los productos cosméticos de cuidado y limpieza que uses, ya que sus ingredientes pueden resultar lesivos para tu piel, generando reacciones adversas sobre ella, como enrojecimiento, irritaciones o picores.

En muchas ocasiones, la sensibilidad de la piel se va generando con el tiempo, tanto de forma ocasional como permanente, provocando incomodidades y tirantez

Debes tener presente que la piel sensible no dejará de serlo aunque se trate. Sin embargo, si la cuidas, te cuidas y utilizas los productos adecuados, notarás un gran cambio en tu piel, reduciendo irritación, reactividad, sintiéndola mucho más confortable y bonita. 

¿Cómo cuidar la piel sensible?

Para ayudar a calmar las irritaciones y las rojeces y reforzar la función barrera de la piel es fundamental protegerse e hidratarse con productos cuyos ingredientes no contengan parabenos ni alcohol, sino ingredientes afines a nuestra piel, como aceites o mantecas de distintos frutos y plantas entre otros, que son puro alimento para la piel, eliminando compuestos tóxicos para nuestra salud y para nuestro entorno. 

Además, debemos evitar la exposición prolongada al sol usando siempre un fotoprotector y ofreciéndole a nuestra piel una hidratación máxima tanto antes como después de la exposición. 

Por lo tanto, hay tres elementos fundamentales a la hora de cuidar de nuestra piel sensible: limpieza, hidratación y protección.

Además de la hidratación básica y esencial para nuestra piel, si tienes la piel sensible necesitarás poner especial atención que esta ayude a fortalecer la barrera protectora cutánea, así como que ayude a reducir y aliviar síntomas como irritaciones, rojeces, sequedad o picor.

Tal y como te conté antes, una de las características que puede tener la piel sensible es la deshidratación al ser la barrera protectora más fina y, por lo tanto, es más probable que la piel se reseque, hecho que puede provocar más debilidad y sensibilidad de la piel.

Si este es tu caso, te recomiendo que hidrates tu piel más de una vez al día, con productos cuyos ingredientes sean totalmente respetuosos con la piel, así como libres de tóxicos. 

Consejos para cuidar la piel sensible

  • Limpia tu rostro con suavidad

    Para limpiar tu piel sensible sin dañar la barrera protectora ni alterar su pH, siempre es mejor un limpiador suave, sin jabón ni fragancia, como un producto oleoso como el bálsamo desmaquillante, un producto acuoso como el jabón facial sólido y los discos de algodón orgánico para retirar los productos. Limpiar el rostro una vez por la mañana y una vez por la noche es suficiente.

  • Usa siempre protector solar

    Protégete del sol todos los días del año con un protector solar específico para tu rostro, y no te olvides las gafas de sol y un sombrero o gorro para cubrir la cabeza en días soleados. Cuando tomes el sol, evita hacerlo entre las 12h y las 16h.

  • Hidrata tu rostro una o dos veces al día.

    Hidrata tu rostro con productos cuyos ingredientes son respetuosos con la piel, hipoalergénicos y libres de tóxicos.

  • No olvides las manos y los labios.

    Ya que son dos zonas muy expuestas y por ello necesitan cuidados específicos para evitar que se resequen. Llevar contigo una crema de manos suave y con ingredientes naturales y una barra de cacao para los labios te asegurará mantener ambas partes de tu cuerpo hidratadas y protegidas.

  • Mantén una dieta equilibrada

    Es recomendable mantener una dieta equilibrada y rica en antioxidantes, sobre todo con alimentos que incluyan una cantidad importante de vitaminas A, C y E . Incluye además ácidos grasos poliinsaturados, como el omega 3, ya que tienen un efecto antiinflamatorio sobre la piel sensible.

  • Bebe agua

    La cantidad diaria recomendada de agua es de aproximadamente unos 2 litros; junto a una hidratación externa a base de cremas faciales y corporales adecuadas para evitar la deshidratación de la piel, te ayudará a mantener tu piel hidratada y a reponer tejidos, proporcionando mayor elasticidad. Combínala con otras bebidas como zumos naturales, tés e infusiones, caldos ligeros, etc., evitando los refrescos, los zumos embotellados, o los caldos caldos con grasa.

  • Duerme bien y mantente alejad@ del estrés

    En la medida de tus posibilidades, mantente lejos del estrés y no olvides lo importante que es desarrollar herramientas para gestionar la ansiedad. Igualmente, ten siempre presente que es vital para nuestra salud física y mental dormir las suficientes horas. ¿Sabías que la piel se regenera durante el sueño nocturno? ¡a descansar!

  • Utiliza ropa interior de algodón

    Muchos tejidos sintéticos son responsables de reacciones adversas en la piel sensible.

  • Presta especial atención en el aclarado de la ropa

    Para evitar que queden restos de detergente y suavizante, responsables de muchas de las reacciones negativas producidas en las pieles sensibles. Es más, si evitas el suavizante, mucho mejor, no es necesario ni para tu ropa ni mucho menos para tu piel

  • Limpia tu rostro con suavidad

    Para limpiar tu piel sensible sin dañar la barrera protectora ni alterar su pH, siempre es mejor un limpiador suave, sin jabón ni fragancia, como un producto oleoso como el bálsamo desmaquillante, un producto acuoso como el jabón facial sólido y los discos de algodón orgánico para retirar los productos. Limpiar el rostro una vez por la mañana y una vez por la noche es suficiente.

  • Usa siempre protector solar

    Protégete del sol todos los días del año con un protector solar específico para tu rostro, y no te olvides las gafas de sol y un sombrero o gorro para cubrir la cabeza en días soleados. Cuando tomes el sol, evita hacerlo entre las 12h y las 16h.

  • Hidrata tu rostro una o dos veces al día.

    Hidrata tu rostro con productos cuyos ingredientes son respetuosos con la piel, hipoalergénicos y libres de tóxicos.

  • No olvides las manos y los labios.

    Ya que son dos zonas muy expuestas y por ello necesitan cuidados específicos para evitar que se resequen. Llevar contigo una crema de manos suave y con ingredientes naturales y una barra de cacao para los labios te asegurará mantener ambas partes de tu cuerpo hidratadas y protegidas.

  • Mantén una dieta equilibrada

    Es recomendable mantener una dieta equilibrada y rica en antioxidantes, sobre todo con alimentos que incluyan una cantidad importante de vitaminas A, C y E . Incluye además ácidos grasos poliinsaturados, como el omega 3, ya que tienen un efecto antiinflamatorio sobre la piel sensible.

  • Bebe agua

    La cantidad diaria recomendada de agua es de aproximadamente unos 2 litros; junto a una hidratación externa a base de cremas faciales y corporales adecuadas para evitar la deshidratación de la piel, te ayudará a mantener tu piel hidratada y a reponer tejidos, proporcionando mayor elasticidad. Combínala con otras bebidas como zumos naturales, tés e infusiones, caldos ligeros, etc., evitando los refrescos, los zumos embotellados, o los caldos caldos con grasa.

  • Duerme bien y mantente alejad@ del estrés

    En la medida de tus posibilidades, mantente lejos del estrés y no olvides lo importante que es desarrollar herramientas para gestionar la ansiedad. Igualmente, ten siempre presente que es vital para nuestra salud física y mental dormir las suficientes horas. ¿Sabías que la piel se regenera durante el sueño nocturno? ¡a descansar!

  • Utiliza ropa interior de algodón

    Muchos tejidos sintéticos son responsables de reacciones adversas en la piel sensible.

  • Presta especial atención en el aclarado de la ropa

    Para evitar que queden restos de detergente y suavizante, responsables de muchas de las reacciones negativas producidas en las pieles sensibles. Es más, si evitas el suavizante, mucho mejor, no es necesario ni para tu ropa ni mucho menos para tu piel

Evita esto si tienes la piel sensible

  1. Los factores desencadenantes. “Escucha” a tu piel. Si tienes la piel sensible, sabes que existen factores externos que generan esa reacción negativa en tu piel, por lo que es importante evitarlos y además prestar atención cuando no estás segur@ cuales pueden ser esos factores. Un nuevo maquillaje, perfume, una prenda, o el hecho de permanecer mucho tiempo en un lugar con aire acondicionado o con altas temperaturas pueden serlo, préstale atención a tu piel y ella te dirá cuales son esos elementos y así podrás evitarlos o prevenir reacciones negativas.
  2. La exfoliación agresiva. De vez en cuando necesitamos exfoliar nuestra piel, eliminando células muertas y estimulando la renovación de la piel, pero si tienes la piel sensible es necesario hacerlo con cuidado y teniendo en cuenta los productos que utilizas. Asegúrate que este sea especial para pieles sensibles y además fíjate en su composición pues muchos contienen microplásticos que además de no hacer ningún bien a tu piel, van directos a nuestros océanos.
  3. Lavar todos los días tu cabello. Si tienes el cuero cabelludo sensible, evita lavarlo todos los días, siendo mejor dos o tres veces por semana, y usando champú y acondicionador respetuoso con la piel sensible y sin sulfatos.
  4. El agua muy caliente en la ducha. Mejor tibia que caliente, evitarás reacciones y rojeces en tu piel sensible. Además, cuando te seques, en lugar de frotar siempre es mejor secarse dándote pequeños toques con la toalla, tanto en tu cuerpo como en tu cara.
  5. El consumo de tabaco y de alcohol. Además de perjudicar tu salud, favorecen la deshidratación. El tabaco produce radicales libres, dañinos para la estructura celular de la piel.
  6. Los alimentos picantes. Ya que estos activan la circulación y eso podría empeorar la sensibilidad de tu piel sensible.

Hidrata la piel de todo el cuerpo.

Una parte fundamental de la hidratación reside en la limpieza de tu cuerpo, rostro y cuero cabelludo sensible.

1jabon cuerpo

Para tu cuerpo:

Para limpiar correctamente tu piel sensible, te sugerimos que tengas en cuenta que es mejor una ducha a un baño, ya que no es recomendable un prolongado contacto de la piel con el agua corriente (y sobre todo si esta es muy calcárea), y que esta no esté muy caliente, sino más bien tibia.

Jabón Corporal Sólido

Mi propuesta es un jabón corporal sólido, con ingredientes naturales para hidratar, nutrir y proteger la piel de tu cuerpo, como son la manteca de cacao – fuente de antioxidantes naturales como la vitamina E -, el cacao puro – que ayuda a tonificar los tejidos aportando un extra de nutrición y elasticidad a tu piel – y aceites de oliva, almendras y coco, que aportarán un extra en la hidratación de tu piel así como un fuerte efecto regenerador.
Jabón corporal sólido
1jabon cuerpo

Para tu cuerpo:

Para limpiar correctamente tu piel sensible, te sugerimos que tengas en cuenta que es mejor una ducha a un baño, ya que no es recomendable un prolongado contacto de la piel con el agua corriente (y sobre todo si esta es muy calcárea), y que esta no esté muy caliente, sino más bien tibia.

Jabón Corporal Sólido

Mi propuesta es un jabón corporal sólido, con ingredientes naturales para hidratar, nutrir y proteger la piel de tu cuerpo, como son la manteca de cacao – fuente de antioxidantes naturales como la vitamina E -, el cacao puro – que ayuda a tonificar los tejidos aportando un extra de nutrición y elasticidad a tu piel – y aceites de oliva, almendras y coco, que aportarán un extra en la hidratación de tu piel así como un fuerte efecto regenerador.
Jabón corporal sólido
BOLSAS DE ALGODON Y DISCOS

Para tu rostro:

Una rutina de doble limpieza facial (o limpieza en dos pasos) con productos respetuosos con nuestra piel garantizará que esta luzca limpia, libre de impurezas y radiante.

Rutina de doble limpieza facial

Para llevar a cabo esta doble limpieza te recomiendo un producto oleoso como el bálsamo desmaquillante, un producto acuoso como el jabón facial sólido y discos de algodón orgánico para retirar los productos. Estos tres productos son perfectos para todo tipo de pieles, pero en especial, para pieles sensibles, ya que todos sus ingredientes son naturales, suaves y respetuosos con nuestra piel, además de con nuestro Planeta, algo que debemos tener siempre presente.
Pack Organic Beauty
BOLSAS DE ALGODON Y DISCOS

Para tu rostro:

Una rutina de doble limpieza facial (o limpieza en dos pasos) con productos respetuosos con nuestra piel garantizará que esta luzca limpia, libre de impurezas y radiante.

Rutina de doble limpieza facial

Para llevar a cabo esta doble limpieza te recomiendo un producto oleoso como el bálsamo desmaquillante, un producto acuoso como el jabón facial sólido y discos de algodón orgánico para retirar los productos. Estos tres productos son perfectos para todo tipo de pieles, pero en especial, para pieles sensibles, ya que todos sus ingredientes son naturales, suaves y respetuosos con nuestra piel, además de con nuestro Planeta, algo que debemos tener siempre presente.
Pack Organic Beauty
Pack love is in the hair

Para tu cuero cabelludo y cabello:

El champú sólido y el acondicionador sólido pueden resultar ser tus mejores aliados. El alto contenido en silicio, aluminio y sales minerales del champú sólido hacen que sea un excelente absorbente y antiséptico, ayudando a tratar problemas de caspa, así como actuando de un modo efectivo contra la dermatitis seborreica capilar. Además, exfolia el cuero cabelludo de manera suave estimulando de este modo el crecimiento

Champú y acondicionador sólido

Para completar la hidratación de tu cabello y cuero cabelludo sensible, añade el acondicionador sólido, con el que aportarás un extra de nutrición con el aceite de coco y todas sus propiedades antioxidantes y regeneradoras; la manteca de mango con su alta concentración en vitaminas y ácidos grasos naturales, especialmente indicada para tratar irritaciones y pieles sensibles; el hidrolato de rosas y su capacidad de equilibrar el pH; la elastina vegetal para suavizar la cutícula del cabello; la inulina vegetal y su alto poder humectante; y la lecitina de soja, para ayudar a retener la hidratación. Una combinación magnífica para lucir una melena espectacular e hidratada mientras cuidas en profundidad tu cuero cabelludo sensible.
Pack Love is in the Hair
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Para tu cuero cabelludo y cabello:

El champú sólido y el acondicionador sólido pueden resultar ser tus mejores aliados. El alto contenido en silicio, aluminio y sales minerales del champú sólido hacen que sea un excelente absorbente y antiséptico, ayudando a tratar problemas de caspa, así como actuando de un modo efectivo contra la dermatitis seborreica capilar. Además, exfolia el cuero cabelludo de manera suave estimulando de este modo el crecimiento

Champú y acondicionador sólido

Para completar la hidratación de tu cabello y cuero cabelludo sensible, añade el acondicionador sólido, con el que aportarás un extra de nutrición con el aceite de coco y todas sus propiedades antioxidantes y regeneradoras; la manteca de mango con su alta concentración en vitaminas y ácidos grasos naturales, especialmente indicada para tratar irritaciones y pieles sensibles; el hidrolato de rosas y su capacidad de equilibrar el pH; la elastina vegetal para suavizar la cutícula del cabello; la inulina vegetal y su alto poder humectante; y la lecitina de soja, para ayudar a retener la hidratación. Una combinación magnífica para lucir una melena espectacular e hidratada mientras cuidas en profundidad tu cuero cabelludo sensible.
Pack Love is in the Hair

Protege tu piel sensible del sol

Como ya comentamos, una piel sensible debe estar siempre y especialmente protegida de los rayos solares. A pesar de que no luzca el sol y sólo veas nubes, nunca debes olvidar proteger tu piel, ya que estás igualmente expuest@ a la radiación solar.

Ahora que va llegando el buen tiempo es fundamental tener esto muy en cuenta; no olvides protegerte, exponerte al sol de una forma progresiva y no te pierdas nuestra próxima entrada en el blog, en la que profundizaremos sobre la protección solar

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