En los últimos años, l@s consumidor@s vamos siendo, poco a poco, más conscientes de lo que consumimos. Nos preocupamos más sobre el impacto en el medioambiente y en nuestra salud, así como sobre las condiciones laborales de las personas que fabrican lo que después consumimos.
Cada vez buscamos productos más respetuosos con el Planeta. Esto no ha pasado desapercibido para multitud de grandes empresas y multinacionales que no quieren perder la oportunidad de encontrar un nuevo nicho de mercado.
A pesar de que se lleva “ecoblanqueando” ya desde hace tiempo, en los últimos tiempos esta práctica ha aumentado, exponencialmente, a medida que también aumentó la preocupación de l@s consumidor@s sobre el origen, la composición y la producción de lo que compran, hecho muy positivo como sociedad cada vez más consciente de su entorno.
Y es precisamente por esto por lo que también cada vez somos más capaces de profundizar para descubrir si lo que tenemos delante es realmente sostenible y ecológico o se trata meramente de un “lavado verde”